El folclore de Castillo de Bayuela
9. El saber popular. CIENCIAS APLICADAS. LA MEDICINA
MEDICINA POPULAR ANIMAL
EL APETITO de los animales se estimulaba con
unas grandes bolas de sal que se colocaban en las pesebreras para que los
animales las fueran chupando.
LOS
CÓLICOS de caballos, etc. se curaban con los pelos que echa la panocha del maíz
cocidos. Se aplicaba echando el líquido en una botella y dándoles de beber.
LAS
CHINCHES, que solía haber con cierta frecuencia en las camas, se escaldaban con
agua cociendo.
LOS
DOLORES DE MUELAS se amortiguaban con aguardiente o coñac aplicado con una
pequeña hila que se introducía en el hueco).
LOS
ESCARABAJOS PATATEROS se suprimían o bien cogiéndolos en un cubo y quemándolos
después, o bien con ZZ mezclado con agua que se esparcía sobre las hojas de las
patatas usando una escoba..
EL
“ESPERUGUERO” o inflamación que producían las espigas en la boca de los
animales se curaban aplicando con un hisopo una mezcla de sal y vinagre.
LAS
FRACTURAS de huesos se arreglaban colocando dos tablillas y echando colambre
(mezcla de retama machacada, agua y miel). Luego se vendaba. Hacía el efecto de
una escayola bastante fuerte.
LAS
HEMORRAGIAS (producidas al extraer una muela) se curaban con vinagre y sal.
LAS
“MATAÚRAS” o heridas causadas en los animales por rozaduras de colleras,
albarda, cincha, etc.) se curaban rociando con sal y vinagre. O con zotal.
También con agua y sal.
LOS
OJOS MALOS (de vacas, burros, etc.) se curaban echando en ellos azúcar. Solía
hacerse soplando con un canuto para que el azúcar penetrara más fácilmente en
el ojo.
LA
PEPITA de las gallinas (Especie de funda que envolvía la lengua y que atacaba a
las vías respiratorias). Se enganchaba con un alfiler y se tiraba de ella hasta
arrancarla.
LA
“PICADURA” del arado en la pezuña de un animal (entiéndase: cuando la punta de
la reja del arado hería en la pezuña de un animal) se curaba con la raíz de la
arzolla (planta silvestre) cocida.
LOS
PIOJOS (en los pollos, etc.) se combatían con ZZ. Solían meterlos en un
esportillo y los remecían.
LOS
PIOJOS DE LOS FRÉJOLES se mataban con agua de jabón de casa.
LAS
PULGAS en cuadras y otros lugares destinados a animales se limpiaban
espolvoreando zotal disuelto en agua.
LOS
REZNOS en los perros y otros animales se combatían con ZZ o zotal.
LA
SARNA se curaba con una pasta hecha con manteca y azufre, que se aplicaba en el
sitio oportuno.
MEDICINA POPULAR HUMANA
LA ANEMIA
se curaba con aceite de hígado de bacalao.
LAS
BOQUERAS. Era común creencia que se curaban con el propio orín. Se aplicaba
sobre ellas un poquito de orín. También con el agua de los garbanzos.
EL
“CARBONCO” se curaba quemándolo con un hierro ardiendo. Para ello se sujetaba
fuertemente a la persona.
CONGESTIONES.
Se practicaba una sangría, extrayendo una buena dosis de sangre. O se aplicaba
al pecho y espalda sanguijuelas, que se cogían de los charcos, caños o fuentes
y se guardaban en frascos con agua.
DESAJUSTES
INTESTINALES. Se llamaban “tener el estómago sucio”. Se curaban con agua de Carabaña.
También con una mezcla de agua de manzanilla
y una cucharada de aceite crudo.
DIARREAS.
Se curaban haciendo agua de limón y bebiéndola, preferiblemente, sin azúcar.
También con la flor del cardillo cocido.
LOS
DIVIESOS. Se ablandaban colocando sobre ellos un trozo de tocino.
DOLORES
DIVERSOS. Se aplicaban una ventosa sobre la parte dolorida. Para ello se ponía
sobre la piel algún objeto (Perra gorda antigua) y encima de él una lamparilla,
que se en encendía o perra gorda envuelta en un trapito unido por las puntas
para que formara una especie de mecha, que se prendía. Inmediatamente se
aplicaba un vaso con el borde sobre la piel, oprimiendo bien para que no
penetrara el aire. La quema de oxígeno hacía
el efecto de vacío y chupaba la parte del cuerpo situada debajo del
vaso.
Para desprender el vaso, muy agarrado por el efecto
de vacío, se separaba con un dedo el vaso y la piel para que pudiera penetrar
el aire.
ESTREÑIMIENTO.
Se usaban lavativas (irrigaciones).
También
con purgas de aceite de ricino.
LAS
HEMORRAGIAS. Se cortaban aplicando una telaraña sobre la herida sangrante.
HERIDAS
EN LA BOCA O GARGANTA. Se curaban haciendo gárgaras de agua oxigenada bastante
rebajada con agua. Solía hacerse dos partes de agua y una de agua oxigenada).
HERIDAS
INFLAMADAS. Se aplicaba sobre la herida una hoja de callo.
Si la herida tenía pus, con una pera de
tomate. Cuando se trataba de un dedo, solía meterse el dedo en la pera de
tomate.
LAS
HERNIAS en niños pequeños. Se colocaba sobre ella una perra “mala” y se
sujetaba con una venda.
INFLAMCIÓN
DE GARGANTA. Se hacían gárgaras con una mezcla de sal, vinagre y agua tibia.
LAS
LOMBRICES. Se curaban con una lavativa de hollín de alguna chimenea.
LAS
MANOS ABIERTAS. Se curaban aplicando sobre ellas “meao” (orín).
PICADURAS.
Se aplicaba sobre la picadura agua fresca o barro.
LA
PULMONÍA. Se curaba aplicando una ventosa. (Ver explicación en DOLORES
DIVERSOS).
QUEMADURAS
producidas por el fuego o por el sol. Se aplicaba aceite sobre la parte
quemada.
También con paños de vinagre.
SABAÑONES.
Se frotaba la parte dolorida con aceite caliente.
También con sombrerillos.
LA
TOSFERINA. Se curaba con hojas de chumbera asadas. El líquido resultante se
bebía como un jarabe.
También se cocía un ratón y se bebía el agua.

